Actualizaciones remotas en vehículos (OTA). ¿Obsolencencia programada?

Ya no es cuestión de una sola marca, ni tan siquiera de algo que sólo veremos en coches de alta gama, las actualizaciones OTA (Over The Air) ya están aquí y nos abren un abanico de posibilidades tanto a nivel de cliente como a nivel profesional.

El coche «conectado» es una realidad y si bien hace unos años nos sorprendíamos con relojes que automáticamente se ponían en hora gracias al GPRS, o que tras un siniestro el vehículo se pusiera en comunicación con una central de emergencias, a día de hoy cuando por la mañana nos sentemos al volante nos pedirán permiso, o no, para instalar un paquete de actualizaciones como si estuviéramos frente a un teléfono móvil… y es aquí donde empezamos a cuestionarnos algunas cosas.

¿Para que actualizar el software?

La gestión electrónica de todos los sistemas y servicios de los vehículos posibilitan que puedan ser configurados u optimizados a medida que las necesidades del conductor lo requieren y también las necesidades del fabricante. Algo tan simple como actualizar los mapas del GPS o aumentar la listas de Smartphones compatibles con el sistema multimedia pueden completarse con otras funciones mucho mas interesantes que van desde la modificación de los paramentos de inyección, revisiones en línea del estado del coche o cualquier otra cosa que se le ocurra al fabricante.

Unas veces pedirán permiso y otras veces no tienen porque hacerlo si son actualizaciones destinadas a mejorar la seguridad o ,simplemente, a garantizar su buen funcionamiento, en cualquier caso «se supone» que toda actualización mejorará la experiencia de conducción, la seguridad y la usabilidad del vehículo

¿Porqué hablamos de obsolescencia programada?

Vámonos al ejemplo mas conocido por todos, el teléfono móvil… si nos paramos a pensar el motivo de por qué cambiamos de smartphone veremos claramente que en la mayoría de ocasiones nos motivan estas afirmaciones… «va mas lento», «se queda sin memoria» o «ya no es compatible con ciertas APP».

Se están dando ya esos problemas en los primeros vehículos «OTA» comercializados cuyas continuas actualizaciones y, ciertamente, mejoras, han conseguido que el sistema de infotainment o de control se ralentice considerablemente o que se sobrecargue el hardware hasta el punto que el sistema bloquee y se reinicie.

Las actualizaciones en si no deben porque ser perniciosas, pero es evidente que cuando fueron diseñados sus sistemas se dimensionaron para soportar un numero de operaciones por segundo, un numero de escrituras en memoria, o reservar un margen de utilización que posibilitara un funcionamiento dinámico futuro a corto o medio plazo, al menos mientras dure l periodo de garantía, sin embargo a medida que se van aportando de mas funciones y características los procesadores se van colapsando hasta el punto de que ciertos sistemas llegan a funcionar deficientemente… ¿pero quien nos asegura que dentro de todo ello no hay cierto interés para que eso ocurra así?

¿Os imagináis que compráis un eléctrico y la marca decide que con un cierto numero de kilómetros el coche cargue mas lento? ¿Qué tal si provocan una ficticia disminucion autonomia y asi se refervan unos Kwh de buffer para disimular la perdida de rendimiento de sus baterias a largo plazo?

Vamos a ir un poco mas lejos….

¿Os imagináis un Diesel Gate en la cual Volkswagen hubiera modificado el mapeado de sus motores para cumplir la política de emisiones en el momento de su denuncia gracias al «OTA»? ¿Quién se hubiera dado cuenta? ¿Cómo podríamos los peritos demostrar si un vehículo está afectado, lo ha estado o lo estará después si el fabricante lo modifica como y cuando quiere?

Entonces, ¿es bueno o malo?

Quizás es mucho imaginar, pero ya se están dando casos de todo tipo y cada cada persona tendrá su opinión al respecto, lo que no podemos negar que las actualizaciones vía OTA optimizan el vehículo y realizan mejoras que, de otra manera, no seria posible sin una visita al concesionario en el mejor de los casos.

Así mismo, es también una buena manera de que la marca nos fidelice con todo tipo de «regalos», como son nuevas funciones, nueva visualización de menús, mas ajustes, e incluso nuevas formas de entender ciertos extras, ya que por ejemplo podríamos hacer un pago por uso para tener piloto automático en un viaje.

Como todo progreso tiene sus cosas buenas y malas, y entre las buenas tenemos que asumir que cualquier bug en el sistema operativo de un vehículo va a ser resuelto con total comodidad para el cliente, como también se pueden ofrecer una serie de servicios adicionales, tanto de diagnostico en tiempo real, como de socorro o resolución de problemas tan «tontos» como un olvido de llaves, dándonos funciones adicionales como localización tras robo o preacondicionamiento de la cabina mediante APP.


El único problema que vemos de todo esto es que una vez mas la tecnología avanza mucho mas rápido que la sociedad y, por supuesto, de las leyes que la conforman por lo que hay que estar muy pendientes de qué asumimos cada vez que instalamos una actualización…. ¡¡si es que no se instala sola!!.

Nosotros pensamos que no hay que tener miedo a actualizar, sin embargo, antes de instalar una actualización siempre una fotito…